En la antigua Francia se utilizaban las velas fabricadas con la cera de las abejas. En la Edad Media en Asia se utilizaban velas hechas a base de grasa animal (sebo). A mediados del siglo XVIII se comenzaron a fabricar con una preparación a base de parafina, ácido esteárico (ácido sólido graso) y en ocasiones cera de abejas, aceites animales hidrogenados u otros materiales grasos.
Podemos leer todo esto o simplemente, quedarnos a admirar su luz.